LA MALA GENT

Barcelona es una ciudad centrífuga, en la que solo quienes confunden insistencia con locura insisten en quedarse. Es el caso de Esti Risco, una repartidora al borde que se ve al borde del desahucio, hasta que recibe un encargo que le puede sacar del apuro. Le pagan por buscar a alguien a quien conoce bien: Laia, la activista que le rompió el corazón.

Así conecta con Carlo, un conspiranoico que habla de ‘la Sagrada Familia’: la red que controla Barcelona como un cortijo. Dejan pisos vacíos en ofrenda al dios de los mercados, Hermes, que les garantiza mantener su status. Sin acabar de dar crédito, son interceptados por el Tati y sus secuaces, un grupo de matones que también buscan a Laia.

Tras este encontronazo, con Carlo fuera de juego, Esti llega a una masía donde cree que va a encontrar a su ex, pero allí se está a punto de celebrar una calçotada ritual. Entonces descubre que Laia forma parte de la gente contra la que en realidad estaba luchando. Esti huye, pero cuando llega a su casa se encuentra con que la acaban de echar de su piso.

Se refugia en su pueblo. Allí comprende que Laia se va a sacrificar para frenar a su propia familia. De vuelta a Barcelona, Esti consigue impedir que la activista se inmole. En una redada, logran escapar y tenderle una trampa al Tati. Pero Laia accede a volver a su círculo: es la única forma de calmar a los mercados.

Tiempo después, Esti trabaja como detective. En un encargo, se cruza con Laia. Comparten, otra vez, un atardecer.